El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, podría considerar eximir ciertos productos agrícolas de los aranceles del 25% aplicados a las importaciones de México y Canadá desde el 4 de marzo, según reveló la secretaria de Agricultura de EE. UU., Brooke Rollins. En declaraciones a Bloomberg News, Rollins destacó que «todo está sobre la mesa» y expresó su «esperanza» de que el gobierno de Trump brinde algún tipo de alivio a las industrias agrícolas afectadas por estas tarifas.
Rollins precisó que, entre las posibles exenciones, se consideran productos clave como la potasa y los fertilizantes, aunque aún no se ha determinado nada de forma definitiva. «Confiamos en el liderazgo del Presidente en este asunto. Sé que está muy centrado en estas comunidades», agregó la secretaria, haciendo referencia a los productores agrícolas de EE. UU.
La secretaria también mencionó que se había reunido esa mañana con Trump y otros funcionarios económicos para evaluar el camino a seguir respecto a estos aranceles y sus posibles implicaciones para los sectores afectados.
El 4 de marzo, Trump anunció la imposición de un arancel del 25% a ciertos productos agrícolas provenientes de Canadá y México, como parte de una política más amplia orientada a presionar a estos países en temas de comercio y tráfico de drogas, especialmente el fentanilo. Estos aranceles han generado preocupaciones en los sectores agrícola e industrial, que temen el impacto económico en las cadenas de suministro y precios.
Además, la administración Trump también retrasó un mes la aplicación de aranceles a las importaciones de automóviles procedentes de México y Canadá, tras las solicitudes de los ejecutivos del sector, quienes pidieron más tiempo para adaptarse. Sin embargo, Trump también exigió que las empresas movieran su producción a EE. UU., donde no tendrían que enfrentar estos aranceles.
La situación sigue siendo incierta para el sector agrícola, pero las conversaciones continúan, y muchos esperan que el gobierno de EE. UU. busque un equilibrio entre sus intereses comerciales y la protección de las industrias clave, como la agrícola, que juega un papel esencial en la economía estadounidense.
Los productores agrícolas de EE. UU. siguen esperando con atención las decisiones que se tomarán respecto a los aranceles y las posibles exenciones, en un escenario que podría tener un impacto significativo en el comercio entre estos países de América del Norte.