México, Canadá y Estados Unidos conforman uno de los bloques comerciales agroalimentarios más integrados a nivel global, con un índice conjunto de autosuficiencia alimentaria que alcanza el 112%, según datos del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
No obstante, dentro de este bloque, México presenta la autosuficiencia más baja, con un 90%, destacando una mayor vulnerabilidad en la producción de granos, cuya tasa de autosuficiencia apenas llega al 45%. En el sector pecuario, México cuenta con una autosuficiencia de 82%. En contraste, Canadá lidera con una autosuficiencia agroalimentaria del 136%, mientras que Estados Unidos tiene un 116%.
Los tres países han logrado construir un bloque altamente competitivo, especialmente en productos estratégicos como el maíz, la carne y los lácteos, lo que ha generado beneficios económicos sustanciales para sus economías.
En 2024, México alcanzó un récord histórico en exportaciones agropecuarias y agroindustriales hacia Estados Unidos, con un valor superior a los 50 mil millones.
Los productos agrícolas más representativos de las exportaciones mexicanas hacia Estados Unidos son las frutas y verduras, que representan el 37% del valor total de las ventas, destacando productos como el tomate, aguacate y frutas del bosque (fresas, frambuesas, moras y arándanos). También sobresale el ganado bovino y la carne, con un 6% de participación.
En el ámbito agroindustrial, la cerveza es uno de los productos más relevantes, con una participación del 13% en el total de las exportaciones, seguida por los licores destilados, especialmente el tequila y mezcal, que aportan el 11%.
Sin embargo, existen ciertos productos en los que se han generado conflictos con Estados Unidos, como el azúcar y el tomate, cuya regulación estará sujeta a renegociación en 2025 o 2026, a través de acuerdos de suspensión.
México tiene un rol estratégico en el comercio con Estados Unidos, ya que es el principal comprador mundial de productos como el maíz, trigo, pasta de soya, cerdo y pollo. En el caso de la semilla de soya, México ocupa el segundo lugar, y en carne de res es el tercer mayor cliente de Estados Unidos.
La imposición de aranceles podría afectar negativamente a los consumidores de los tres países, ya que los precios se encarecerían, generando un impacto directo en el bolsillo de los consumidores y en la competitividad de los productos de México. Por tanto, en lugar de aplicar aranceles, debería fomentarse una relación comercial más sólida, que también contemple aspectos sanitarios y logísticos.