El programa Producción para el Bienestar (PpB) y su Estrategia de Acompañamiento Técnico (EAT) contribuyen decididamente a los cambios paradigmáticos que echó a andar el actual gobierno en la política agroalimentaria, y que buscan el rescate del campo dando centralidad a la agricultura campesina e indígena, afirmó el subsecretario de Autosuficiencia Alimentaria, Víctor Suárez Carrera.
“Tenemos esta oportunidad histórica de iniciar los cambios paradigmáticos en dirección a la soberanía alimentaria, a la autosuficiencia alimentaria; es una transición hacia otro modelo de producción y consumo de alimentos, con la integración de las dimensiones de la salud, la sustentabilidad y la justicia”, afirmó el subsecretario al encabezar la conferencia 51 del ciclo Autosuficiencia Alimentaria e Innovación Tecnológica con Prácticas Sustentables.
El momento actual es de balance de lo que se ha hecho en la EAT en los casi cinco años que suma, y de definir la programación para 2023/24. Por ello, los coordinadores territoriales de la Estrategia se reunieron en la Ciudad de México y se llevarán tareas y retos a sus regiones, afirmó.
En la conferencia, denominada “La Estrategia de Acompañamiento Técnico de Producción para el Bienestar: Su aporte a la autosuficiencia alimentaria con transición agroecológica. Recuento crítico y perspectivas”, el coordinador nacional de la EAT, Héctor Robles, dio avances del trabajo de la Estrategia.
La EAT se desarrolla actualmente en 35 regiones del país, 28 estados y 830 municipios. Con mil 212 técnicos y 34 coordinadores regionales, orientados a la agroecología y a impulsar la organización y la autonomía campesina, la EAT apoya a 129 mil productores y productoras, que participan en 4 mil 217 escuelas de campo (ECAs), dijo.
Precisó que en estas escuelas, que son predios de los propios productores, se generan cursos, talleres, capacitación, elaboración y uso práctico de bioinsumos, y se propicia una dinámica de intercambio de saberes campesinos y de ciencia moderna, además de que se comparten experiencias y formas de laborar la tierra con enfoque agroecológico.
Héctor Robles destacó que la filosofía de la EAT, de transición agroecológica, con conocimientos que empoderan a los productores y los liberan de la dependencia de compra insumos agroquímicos y semillas híbridas, sería inviable si no se contara con la directrices marcadas desde el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador y desde la Cuarta Transformación, alrededor del rescate del campo y la autosuficiencia alimentaria.
Son directrices plasmadas en el Plan Nacional de Desarrollo 2019-24 y el Plan Sectorial de Agricultura 2020-24.
Héctor Robles destacó indicadores de aumentos de rendimiento y menores costos que han experimentado los productores participantes en las escuelas de campo y que derivan de la transición agroecológica, del uso de bioinsumos, al tiempo que abandonan los agroquímicos:
En las ECAs de milpa, se ha logrado un incremento de 56 por ciento en los rendimientos de toneladas por hectárea; en frijol, de 28.6; en amaranto, de 27.1; cacao, 26.3, maíz, 25, y caña 11 por ciento. En producción de leche, café y chía hay también aumentos en menor grado. Ello, mientras se han logrado reducciones de costo de entre 8 y 67 por ciento, señaló.
México, a la vanguardia en agroecología
El ex secretario de Medio Ambiente y precursor de la agroecología en México, Víctor Manuel Toledo Manzur, destacó que la política que impulsa la transición agroecológica en nuestro país, presente en Producción para el Bienestar y su EAT, y también en el programa Sembrando Vida, de la Secretaría de Bienestar, está colocando a México en un lugar privilegiado y reputado en esta materia a nivel mundial.
“Salvo una experiencia en la India, este (Sembrando Vida y Producción para el Bienestar) es el proyecto agroecológico más grande del mundo y comienza a reconocerse en el concierto internacional. Es un esfuerzo que tiene repercusiones y es de enorme prestigio”, dijo.
Comentó que hoy día toda Latinoamérica, con México a la vanguardia, está experimentando un viraje hacia la agroecología, modelo que va de la mano con la economía social y solidaria, que es contraria a la economía capitalista, basada en la ganancia.
Señaló que el modelo agroecológico aprovecha la sabiduría campesina heredada por generaciones y frena todo el daño ambiental y a la salud que genera la agricultura industrial, también denominada moderna.
“Me enorgullezco de estar en México por lo que ha pasado con el cambio de régimen. Hay cambios radicales. Durante las más de tres décadas de regímenes neoliberales, la Secretaría de Agricultura estuvo orientada a apoyar a los productores grandes y medianos, al centro y norte. Con la llegada del nuevo gobierno, ello se invirtió y los programas hoy apoyan a los productores de pequeña y mediana escala”, indicó.
La profesora-investigadora de CentroGEO del Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (Conhacyt), Helena Cotler Ávalos, destacó la importancia de los métodos pedagógicos que siguen muchos técnicos de la EAT y que implican no sólo la transmisión del conocimiento técnico a los productores –como la elaboración de bioinsumos –, sino también la conducción de discusiones que permiten la integración de las narrativas agrícolas con lo ambiental, lo social y lo político.
“Se dan discusiones que aclaran por qué hay tal deterioro ambiental, por qué hay cada vez más enfermedades. Los agricultores comienzan a tener conciencia de ese deterioro y relacionan los alimentos con la salud o con la enfermedad y comprenden también las consecuencias de la escasez de polinizadores en la producción del campo”, dijo la experta y sugirió fortalecer esta línea pedagógica en la EAT, además de impulsar todos aquellos mecanismos de la EAT que den autonomía de los productores, para que ellos puedan continuar la transición agroecológica aún sin la presencia de los técnicos.