El secretario ejecutivo del Coneval, José Nabor Cruz Marcelo, expuso la evaluación que se hizo a Producción para el Bienestar, como parte de un conjunto de 17 programas sociales del Gobierno de México, en 2019-2020 y 2020-2021.
Indicó que entre las fortalezas detectadas en PpB están el hecho de que hay un padrón consolidado de beneficiarios de los apoyos directos del programa que es público y accesible para la consulta.
Asimismo, agregó, que las tecnologías agroecológicas con que se capacita a los productores con la EAT son de amplia aplicación en todo tipo de cultivos y no sólo en los que atienden PpB y EAT.
Una fortaleza más, abundó Cruz Marcelo, es el criterio de selección de los técnicos participantes en la EAT, de que vivan en la región donde se ubican los módulos de intercambio de conocimientos e innovación de la EAT, lo que facilita la gestión con líderes, autoridades locales y productores para el funcionamiento de las escuelas de campo y que tengan un mejor conocimiento de las actividades productivas y su entorno.
Entre los procesos donde el Coneval detectó oportunidades de mejora está el de difusión. Recomendó incrementar los intercambios de experiencias entre productores y asambleas comunitarias para motivar una mayor incorporación de beneficiarios en la EAT.
La coordinadora general de Evaluación del organismo, Karina Barrios Sánchez, dio a conocer detalles técnicos de la evaluación operativa y normativa de PpB, la cual implicó la parte de apoyos directos del programa y las estrategias de Acompañamiento Técnico y de Fomento al Acceso al Financiamiento.
La funcionaria dijo que “la evaluación de procesos permitió observar la necesidad de generar evidencia sobre los resultados e impactos de PpB en correspondencia con sus objetivos. Por ello, es importante el establecimiento de un programa de trabajo conjunto entre Coneval y Agricultura para la planeación y ejecución de evaluaciones, principalmente de impacto, que permita dar cuenta de la efectividad del programa para dotar a las Unidades Responsables de evidencia para la negociación, modificación y mejora de sus intervenciones”.
La presentación de resultados de investigaciones hechas por el INIFAP sobre procesos técnicos productivos de EAT corrieron a cargo de los investigadores Aurelio Báez Pérez, del Campo Experimental Bajío, Brenda Zulema Guerrero Aguilar, del Centro de Investigación Regional del Centro, Lorena Jaqueline Gómez Godínez, del Centro Nacional de Recursos Genéticos, y Rafael Ambriz Cervantes, del Campo Experimental Zacatepec, Morelos.
Expusieron sobre análisis físico-químicos de los suelos, análisis microbiológicos de suelos, análisis de calidad de los bioinsumos y análisis bromatológicos de granos, en ese orden.
Entre las conclusiones de estos análisis destacaron que los bioinsumos, elaborados adecuadamente, como ocurre en las escuelas de campo de la EAT, son inocuos, libres de patógenos y sirven no sólo para nutrir y fertilizar a las plantas, sino también como control biológico de plagas, en muchos casos.
Y existe el reto de evaluar aquellas bacterias con potencial de promoción de crecimiento en plantas de interés agrícola bajo condiciones de invernadero (no sólo en laboratorio), para su uso potencial en las diferentes regiones/biofábricas.
Asimismo, evaluar el potencial de inhibición de hongos benéficos confrontados con hongos patógenos.
Otra conclusión que destacó fue que:
“Se comprueba la gran riqueza genética del germoplasma de los cultivos nativos de México, principalmente de los maíces de cada región, y de sus propiedades de calidad y nutracéuticas para la alimentación humana, y se observa una tendencia positiva de incremento de calidad y propiedades nutracéuticas de los productos cosechados donde se aplicó el manejo agroecológico con la Estrategia de Acompañamiento Técnico”.