Sinaloa es un referente en la producción y exportación agrícola a nivel nacional e internacional. Según el Consejo para el Desarrollo Económico de Sinaloa, durante el primer trimestre del 2024, el valor de las exportaciones de este estado alcanzó los 1,313 millones de dólares, de los cuales el 89.8 por ciento corresponden a productos derivados de la agricultura y la industria alimentaria. Solo las exportaciones agrícolas sumaron 1,034 millones de dólares, con productos destacados como carne de res, tomate, pepino, garbanzo, mango y camarón, lo que coloca a Sinaloa como líder nacional en varios de estos rubros.
Sin embargo, el panorama de las exportaciones sinaloenses podría verse gravemente afectado por la reciente amenaza de Estados Unidos de imponer aranceles del 25 por ciento a los productos mexicanos. Esta medida fue anunciada el 1 de febrero por el presidente estadounidense, Donald Trump, como parte de un esfuerzo para presionar a México a combatir el crimen organizado y el tráfico de fentanilo. Aunque la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, logró una suspensión temporal de los aranceles, la amenaza persiste y entraría en vigor el 1 de marzo si no se alcanzan los objetivos en materia de seguridad y migración.
En un escenario optimista, las pérdidas económicas para Sinaloa podrían ascender a 280 millones de dólares anuales, según la presidenta del Colegio de Economistas de Sinaloa, Cristina Isabel Ibarra Armenta. Este impacto sería equivalente al 1 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) del estado. Las exportaciones sinaloenses perderían competitividad en el mercado estadounidense, y podrían desplazarse hacia otros países con precios más competitivos, lo que afectaría directamente a la economía local.
Por otro lado, la imposición de aranceles también traería consigo un proceso burocrático que podría ralentizar aún más el comercio, como ocurrió en el pasado cuando las aduanas fueron militarizadas. Aunque Sinaloa podría intentar diversificar sus mercados y exportar a otros países, como Japón, Canadá, España y Turquía, el proceso sería largo y costoso, lo que podría generar aún mayores pérdidas económicas.
Para los agricultores sinaloenses, la imposición de estos aranceles no solo afectaría los precios, sino que podría desencadenar un aumento en los costos de producción, impactando a los consumidores tanto mexicanos como estadounidenses. Según Marte Vega Román, presidente de la Confederación de Asociaciones Agrícolas del Estado de Sinaloa, cualquier alteración en la relación comercial entre ambos países afectaría a las economías complementarias de México y Estados Unidos. Sin embargo, los agricultores mantienen la esperanza de que, al concluir el plazo de suspensión, las relaciones comerciales se restablezcan.
Enrique Riveros Echavarría, presidente de la Asociación de Agricultores del Río Culiacán, califica la imposición de los aranceles como irracional e injusta, y advierte que los mayores perjudicados serían los consumidores estadounidenses. El sector agrícola de Sinaloa sigue confiando en que las negociaciones entre ambos gobiernos permitirán evitar esta medida drástica y garantizar la continuidad de las exportaciones hacia su principal socio comercial.