México enfrenta una creciente necesidad de mejorar la eficiencia en el uso del agua en la agricultura de riego, debido a la escasez de agua para el consumo humano y al hecho de que el riego es responsable de aproximadamente el 80% de la producción agropecuaria del país. Actualmente, el 75.7% del agua extraída de fuentes naturales se destina a la agricultura, pero sorprendentemente, el 65% de esta agua se desperdicia.
Con el objetivo de reducir este desperdicio y aumentar la rentabilidad de las parcelas, se prevé una fuerte inversión en la modernización del riego. Se estima que la agricultura tecnificada puede producir de dos a cuatro veces más que los cultivos de temporal, lo que hace indispensable que México incremente las hectáreas tecnificadas.
El gobierno federal ha anunciado que como parte del Plan Nacional Hídrico, se implementará un programa para tecnificar 200,000 hectáreas de riego en los próximos seis años, lo que beneficiará a más de 225,000 productores con una inversión superior a los 40,000 millones de pesos. Esta acción, aunque parezca pequeña en comparación con lo que ya está tecnificado, tiene una gran relevancia en términos de la cantidad de agua que podría recuperarse y destinarse al consumo humano.
México cuenta con 10.16 millones de hectáreas dedicadas al riego, que aportan alrededor del 80% de la producción agropecuaria nacional. De estas hectáreas, 7.31 millones están bajo sistemas de riego, tanto de gran escala (86 distritos) como de pequeña escala (más de 50,000 unidades de riego). Además, existen 2.8 millones de hectáreas de temporal tecnificado en 24 distritos, lo que deja claro que la tecnificación del riego es crucial para aprovechar mejor el agua y aumentar la productividad.
Aunque las metas del gobierno son ambiciosas, la tecnificación proyectada de 200,000 hectáreas solo representa el 2.7% de la superficie ya tecnificada. No obstante, el beneficio de reducir el desperdicio de agua es enorme, con ahorros estimados de entre 3,000 y 7,000 millones de metros cúbicos de agua al año.
El rendimiento del agua en la agricultura es significativamente mayor cuando se utiliza riego tecnificado. En 2022, los cultivos de riego tuvieron un rendimiento de 94.05% frente al 77.92% de los cultivos de temporal. Esta diferencia resalta la importancia de mejorar los sistemas de riego para asegurar un uso más eficiente del recurso.
A pesar de los avances, un gran problema persiste: el desperdicio de agua. Según los expertos, solo el 35% del agua llega efectivamente a las plantas, mientras que el resto se pierde en las redes de conducción y en las parcelas. La infraestructura existente, especialmente en los canales de riego, requiere una modernización urgente. Se estima que se necesitan 150,000 millones de pesos para rehabilitar los distritos de riego, lo que permitiría mejorar el aprovechamiento del agua.
El gobierno mexicano ha comenzado a firmar acuerdos para tecnificar los sistemas de riego en varios estados, como Hidalgo, Aguascalientes, Morelos y Tamaulipas. Se prevé que la tecnificación de estos distritos de riego permita una mayor recuperación de agua, que podría destinarse tanto al consumo humano como a la recarga de acuíferos.
La tecnificación del riego no solo tiene el potencial de aumentar la productividad agrícola, sino también de optimizar el uso del agua en un contexto de creciente escasez. Con la inversión y la colaboración entre los diferentes niveles de gobierno y los productores, México podría enfrentar de manera más efectiva los retos relacionados con el agua y la agricultura. Sin embargo, el éxito de este plan dependerá de una implementación adecuada y de una gestión eficiente de los recursos.