La extrema sequía que azota Baja California Sur (BCS) ha sido comparada con el impacto de un huracán debido a la magnitud de su afectación, según palabras del gobernador Víctor Castro Cosío. Este fenómeno climático está dejando serias secuelas en la economía de los rancheros de la región, quienes enfrentan un panorama cada vez más difícil, tanto para la agricultura como para la ganadería.
De acuerdo con el último informe del Monitor de Sequía de México, emitido por la Comisión Nacional del Agua (Conagua), la sequía en BCS continúa empeorando. El 67.6% del territorio del estado está afectado por condiciones anormalmente secas, un 22.6% enfrenta sequía moderada, y solo el 9.8% del estado se encuentra libre de este problema. Estas condiciones son especialmente graves para los ganaderos, quienes no solo deben lidiar con la escasez de alimento para su ganado, sino también con la proliferación de enfermedades debido al estrés que sufren los animales.
En una reciente entrevista para POSTA Baja California Sur, el gobernador Castro Cosío destacó que las afectaciones son más graves en la zona Norte del estado, aunque la sequía está afectando a todo BCS. La situación se ha tornado tan crítica que el gobierno estatal ha solicitado apoyo a nivel federal para hacer frente a la emergencia. Castro Cosío comentó que, debido a la falta de recursos suficientes en el estado, se verá en la necesidad de pedir la colaboración de la presidenta de la República, Claudia Sheinbaum, para abordar lo que considera un verdadero desastre para la ganadería en BCS.
Los rancheros sudcalifornianos han informado que el 2024 fue su año más difícil, con pérdidas significativas de ganado debido a la falta de agua y forraje. Se calcula que alrededor de 30,000 reses han muerto debido a la sequía, lo que representa un golpe devastador para la economía local.
La sequía no solo afecta a los ganaderos, sino también a los agricultores, quienes luchan por mantener sus cultivos en condiciones de extrema aridez. A medida que la crisis avanza, la situación se vuelve cada vez más insostenible para las familias y comunidades dependientes de la agricultura y la ganadería en Baja California Sur.
Ante esta emergencia, se espera que las autoridades federales tomen medidas urgentes para mitigar los efectos de la sequía y brindar el apoyo necesario a los afectados en la región. Mientras tanto, los rancheros y agricultores siguen enfrentando los duros retos impuestos por la falta de lluvias, que continúan amenazando la sostenibilidad de sus actividades productivas.