Como parte de las acciones para contribuir a la mitigación de los efectos de la sequía en el país, la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural reportó el apoyo de 238 mil 322 hectáreas agrícolas en cinco entidades del norte de la República con cultivos de productos de bajo uso de agua como forrajes, nopal, avena, sorgo y girasol.
La SADER detalla que, en los estados de Chihuahua, Durango, San Luis Potosí y Sonora, así como en Tamaulipas, estableció el año pasado cultivos de bajo consumo de agua, ciclo corto y prioritariamente orientados en granos y forrajes.
Entre las acciones que destacan es que en Chihuahua se apoyó la siembra de avena, sorgo y maíz para grano o forraje y nopal forrajero, en una superficie de hasta 30 mil 382 hectáreas, mientras que en Durango comprendió forrajes y granos básicos y una superficie de hasta 15 mil hectáreas.
En San Luis Potosí se promovió la siembra de avena, sorgo y maíz para grano o forraje, así como nopal forrajero, en 10 mil hectáreas; en Sonora fue sorgo y nopal forrajero, con 25 mil 500 hectáreas, y cártamo, garbanzo, alfalfa y girasol, en 26 mil 240 hectáreas, y en Tamaulipas fueron sorgo, girasol, maíz y soya, con al menos 131 mil 200 hectáreas.
En otra línea de acción, para enfrentar los efectos de la sequía Agricultura emprendió la instalación de viveros de nopal forrajero en cinco entidades del país, a través de la Comisión Nacional de Zonas Áridas (Conaza).
El nopal forrajero es altamente eficiente en el uso del agua, cuenta con una gran diversidad genética, tiene un amplio rango de adaptación a las condiciones de clima y suelo y es un forraje de alta productividad, utilizado para alimentar al ganado, señaló la dependencia.
Por otra parte, a través del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), se impulsa en el sureste del país el desarrollo del Sistema de Milpa Intercalada en Árboles Frutales (MIAF).
Se trata de un sistema agroforestal de cultivo intercalado, constituido por un árbol frutal (epicultivo), el maíz (mesocultivo) y frijol, u otra especie comestible de preferencia leguminosa (sotocultivo) en intensa interacción agronómica, para optimizar el uso de la tierra y el agua en el espacio y en el tiempo.
En este sentido, también se puso en marcha el programa “Doctores del Suelo” con productores de Puebla, Morelos, Tlaxcala y Michoacán, con lo que México se convirtió en el primer país de América Latina en iniciar esta labor de la mano de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Cabe destacar que la dependencia federal, ha priorizado la conservación y restauración de agroecosistemas, la conservación y aprovechamiento sustentable de los recursos suelo, agua y genéticos para la alimentación y la agricultura, así como el fomento de buenas prácticas agrícolas en su sentido más amplio.